Medicina Estética Corporal

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El láser es un procedimiento ampliamente utilizado en medicina estética. Consiste en el uso de un dispositivo capaz de producir un «efecto térmico» que desencadena una reacción en los tejidos del cuerpo. Existen diferentes tecnologías y tipos de láser, cada uno con diferentes ventajas y características. Los láseres fraccionados no ablativos se desarrollaron para el rejuvenecimiento de la piel, sin los inconvenientes post-laser de los anteriores.

El principio del láser fraccionado es salvar áreas de piel sana entre las áreas tratadas, facilitando y promoviendo una curación más rápida de las áreas dañadas.

La energía emitida por el láser, además de actuar directamente sobre áreas de piel envejecida, se propaga lateralmente, lo que lleva al calentamiento de las capas más profundas de la piel alrededor, siendo un estímulo en la producción, remodelación y contracción del colágeno así como el aumento de la densidad de las fibras elásticas.

Como resultado, se produce una mejoria en la elasticidad, la fuerza y la firmeza de la piel, en la despigmentación con una reducción significativa de las manchas, una disminución de la flacidez, con una textura mas suave de la piel.

El rejuvenecimiento fraccionado no ablativo presenta buenos resultados en el tratamiento del fotoenvejecimiento de la piel. Otras indicaciones son cicatrices atróficas, cicatrices de acné y cicatrices quirúrgicas. Existen informes sobre la efectividad del uso de este  tipo de láser en el melasma, siendo el único láser aprobado por la FDA para su tratamiento.

Las grandes ventajas son la velocidad de recuperación y un  procedimiento mas cómodo que se puede realizar con solamente una crema anestésica.

Se recomiendan de tres a cuatro sesiones, los resultados aparecen progresivamente con cada aplicación y la piel continúa mejorando hasta 6 meses después de la última sesión.